Definir claramente los objetivos y hablar con los compañeros son pautas básicas.
Trabajar en relación de dependencia en una organización, a veces, puede ser difícil. Pasar nueve horas –y a veces más compartiendo tiempo y espacio con gente con quien no se congenia es un desafío. Si encima se trata de individuos "tóxicos", con actitudes que rayan el maltrato, la situación dista de ser un lecho de rosas. Pero existen formas de revertir una experiencia laboral hostil en una productiva, y ahorrarse malestares innecesarios.
El primer paso es entender que los conflictos son parte de toda relación humana y que lo conveniente es tratar de explorar el lado positivo. "Pueden servir como catalizador para promover cambios positivos y nuevas direcciones. Es vital entender los problemas como una oportunidad de aprendizaje", destaca la doctora en Educación Ana María Mass, decana de la Facultad de Administración y Negocios de Universidad Argentina de la Empresa.
Luego, uno tiene que ver cuál es la raíz del inconveniente. Puede darse por confusión en los roles dentro de la empresa, los objetivos laborales o los estilos personales. La falta de claridad en la función que desempeñan uno y los demás es causa de dolores de cabeza. Esto se da cuando en los hechos –más allá de lo que figure formalmente en el organigrama de la empresa– surgen dudas respecto de quién es responsable de qué tarea, qué autoridad tiene cada uno o de qué manera se debe distribuir el trabajo, explica Mass. Por esta falta de exactitud, pueden surgir acusaciones cruzadas que terminan en recriminaciones y contestaciones agresivas.
"Para poder resolver esto, lo mejor es hablar para que no quede lugar a dudas. Ya sea que se trate de un compañero o un par con quien se deba trabajar de manera cotidiana, habrá que organizarse entre los dos para formar un equipo fuerte. Al encarar la charla es bueno que se destaque a esa persona cuánto se valora su colaboración", sugiere Yesica dos Santos, psicóloga especialista en Recursos Humanos.
En ocasiones no están claramente delineados los objetivos que se buscan alcanzar. Esto puede hacer que algún compañero aproveche la situación de caos para delegar tareas de más en uno. "En ese caso lo mejor es hablar con él y proponer nuevas formas de encarar la tarea en conjunto para que se destaquen los dos", recomienda Pablo Molouny, gerente general del portal de empleos Trabajando.com Argentina.
A veces, responder a la falta de colaboración con una cuota extra de generosidad puede ser la clave del éxito. En este sentido, es conveniente estar siempre bien predispuesto para ayudar en todo lo que se pueda a ese compañero. Se puede, por ejemplo, renunciar a la asistencia a algún evento para dárselo a él. También hay que aprovechar toda oportunidad que se tenga para destacar sus logros y evitar criticarlo ante otros pares, jefes o subordinados, explica Molouny.
Por último, pueden surgir desencuentros cuando uno está rodeado de personas difíciles. "Son los "portadores de estrés" (ver recuadro), cuyo comportamiento causa malestar en otros. "Cuando ellos se estresan, buscan que su entorno también lo haga. Así se sienten menos vulnerables. En estos casos, el diálogo puede ser más difícil porque esta clase de gente no va a cambiar", asegura Mass. Lo que resta es entender su comportamiento para diagnosticarlo y tratar el problema específico, recomienda la especialista y evitar desgastar energías en tratar de generar un cambio de actitud por parte de ese otro.
Consejos
Limitar el tiempo que se pasa con los compañeros negativos. Trabajar lo necesario y evitar descansos compartidos.
Personalizar el lugar de trabajo. Colocar fotos familiares, flores o cuadros ayuda a relajarse y a sentirse a gusto al menos en ese espacio.
Hacer bien el trabajo: sube la autoestima.
Mantenerse ocupado. Escaparse de la insatisfacción, la apatía, el aburrimiento y el desgano trabajando es una técnica muy efectiva.
Tener un grupo de amigos fuera del ámbito laboral.
No olvidarse de lo positivo. Recordar los motivos por los cuales se eligió ese trabajo y poner las energías en los objetivos que se quieren lograr.
Poner límites. No permitir que se aprovechen de uno con interrupciones reiteradas o pedidos fuera de lugar. Recordar la importancia de decir "no".